Frente a un espejo

Margaret Atwood

Fue como despertarme 
después de haber dormido siete años 

y encontrarme con una cinta tiesa, 
de un negro riguroso 
podrido por la tierra y los torrentes 

pero en cambio mi piel se endureció 
de corteza y raíces como cabellos blancos 

Mi heredada cara traje conmigo 
una aplastada cáscara de huevo 
entre otros desechos: 
el plato de loza hecho añicos 
en el sendero del bosque, el chal 
de la India destrozado, fragmentos de cartas 

y el sol de aquí me ha impreso 
su bárbaro color 

Se me han puesto rígidas las manos, los dedos 
quebradizos como ramas 
y los ojos perplejos después de 
siete años, y casi 
ciegos/brotes, que sólo ven 
el viento
la boca que se abre 
y se agrieta como una roca al fuego 
al intentar decir
Qué es esto 
 
(sólo hallas 
la forma que ya eres, 
pero qué 
si has olvidado ya en qué consistía 
o descubres que 
nunca lo has sabido)

  • Versión de Lidia Taillefer y Álvaro Garcia
  • Del libro Poesía (Pretextos, 1991)
  • Poesía canadiense