El guardador de rebaños

Fernando Pessoa


V
(fragmento) 

Pero si Dios es las flores y los árboles
y los montes y la luna y el sol
¿para qué le llamo Dios?
Le llamo flores y árboles y montes y sol y luna;
porque si Él se hizo, para que le viera yo,
sol y luna y flores y árboles y montes,
si él se me aparece como árboles y montes,
y luna y sol y flores,
es que quiere que le conozca
como árboles y montes y flores y luna y sol.

Y por eso le obedezco
(¿Qué más sé yo de Dios, que Dios de sí mismo?),
le obedezco en vivir, espontáneamente,
como quien abre los ojos y ve,
y le llamo luna y sol y flores y árboles y montes,
y le amo sin pensar en él
y le pienso viendo y oyendo,
y ando siempre con él.

Mas se Deus é as árvores e as flores
“E os montes e o luar e o sol,
Para que lhe chamo eu Deus?
Chamo-lhe flores e árvores e montes e sol e luar;
Porque, se ele se fez, para eu o ver,
Sol e luar e flores e árvores e montes,
Se ele me aparece como sendo árvores e montes
E luar e sol e flores,
El que ele quer que eu o conheça
Como árvores e montes e flores e luar e sol.

E por isso eu obedego-lhe,
(Que mais sei eu de Deus que Deus de si próprio?),
Obedeço-lhe a viver, espontâneamente,
Como quem abre os olhos e vê,
E chamo-lhe luar e sole flores e árvores e montes,
E amo-o sem pensar nele,
E penso-o vendo e ouvindo,
E ando com ele a toda a hora.

  • De Poemas de Alberto Caeiro (Visor, 1984)
  • Versión de Pablo del Barco
  • Poemario del encierro, día 30 (abril 18)