El hombre que existió

Margaret Atwood


En el campo con nieve va abriendo mi marido 
una X, concepto definido ante un vacío; 
se aleja hasta que queda 
oculto por el bosque

Cuando ya no lo veo, 
en qué se ha convertido 
qué otra forma 
se mezcla en la 
maleza, vacila por los charcos 
se esconde de la alerta 
presencia de animales de la ciénaga 

Volverá 
al mediodía; o puede que la idea 
que tengo yo de él 
sea lo que me encuentre de regreso 
y con él amparándose tras ella. 

Puede que me transforme a mí también 
si llega con los ojos del zorro o los del búho 
o con los ocho 
ojos de la araña 

No puedo imaginarme 
qué verá 
cuando abra la puerta