Kyrie

Tomas Tranströmer


A veces, mi vida abría los ojos en la oscuridad. 
Una sensación como de multitudes ciegas e inquietas, 
que pasan por las calles camino de un milagro, 
mientras yo, invisible, permanecía inmóvil. 

Como el niño que se duerme con miedo 
escuchando los pasos pesados del corazón. 
Largo tiempo, hasta que la mañana pone sus rayos en la cerradura 
y se abren las puertas de la oscuridad. 





  • Versión de Roberto Mascaró
  • Del libro Secretos del camino (Nórdica libros, 1958)
  • Poesía sueca