Poesía vertical

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Algún día encontraré una palabra
que penetre en tu vientre y lo fecunde,
que se pare en tu seno 
como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo.

Hallaré una palabra
que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta,
que contenga tu cuerpo
y abra tus ojos como un dios sin nubes 
y te use tu saliva  
y te doble las piernas.
 Tú tal vez no la escuches
o tal vez no la comprendas.  
No será necesario.
Irá por tu interior como una rueda
recorriéndote al fin de punta a punta,
mujer mía y no mía,
y no se detendrá ni cuando mueras.